Estamos asistiendo en los últimos años a una democratización de la inversión, especialmente en startups. La actividad inversora, que previamente parecía reservada a un selecto grupo de personas (físicas y jurídicas), ahora está al alcance de todos.

Esta es una gran noticia para el ecosistema. Sin embargo, lleva aparejado un riesgo evidente. En los últimos meses hemos visto fiebres inversoras y especulativas que no respondían aparentemente a ninguna lógica y que, igual que en ocasiones anteriores, han llevado a inversores no profesionales a perder una buena parte de sus ahorros.

¿Quiere esto decir que deberíamos evitar invertir? Nada más lejos de la realidad. La inversión en startups puede reportar rentabilidades muy atractivas, pero para llegar a ellas debemos aislarnos del “ruido exterior” y centrarnos en nuestro propio juicio, lo cual no evita que nos podamos dejar asesorar por expertos.

Si quieres tener éxito invirtiendo, especialmente en compañías de reciente creación, te recomiendo que realices este ejercicio de introspección en busca de los cinco sentidos del inversor:

1. Visualiza el modelo de negocio. Lo primero que debes hacer es entender el pain y la demanda a las que responde el producto o servicio en cuestión. No te conformes con que te hablen de porcentajes o segmentos; pide que te den nombres y apellidos. Asimismo, debes conocer las cuentas de la compañía y las posibilidades de exit. Por último, pero no menos importante, asegúrate de que el modelo de negocio sea fácil de entender, especialmente si estás realizando tus primeras inversiones.
2. Escucha al equipo fundador. ¡Ojo, no es lo mismo oír que escuchar! Mientras que la primera acción consiste solo en percibir el sonido, la segunda también comprende la acción de interpretarlo. Esfuérzate por estudiar y analizar al equipo que hay detrás del proyecto, así como su discurso. ¿Cuentan con dedicación plena a la compañía? ¿Son sus proyecciones financieras realistas? ¿Existe un pacto de socios claro y favorable a tus intereses?
3. Ten contacto con el mercado. De acuerdo, nos convence el modelo de negocio, el equipo fundador, la propuesta de valor… Pero ¿existe ya algún producto/servicio de las mismas características en el mercado? ¿Cuáles son sus cifras de facturación y beneficio? ¿Cuál es la competencia nacional e internacional? Debemos en tener en cuenta que el éxito de nuestra inversión no solo dependerá de la participada, sino del entorno en el que se mueve.
4. Olfatea el riesgo. Como mencionábamos anteriormente, invertir es una actividad sujeta a riesgos. De hecho, si te ofrecen una inversión con un riesgo nulo, desconfía. Lo que sí podemos hacer es mitigar los riesgos de nuestra inversión, y el primer paso para ello es conocerlos. Asegúrate de comprender los peligros asociados tanto al entorno micro como al macroeconómico. Asimismo, te recomiendo que construyas una cartera de inversión diversificada en riesgos, de manera que, si algún escenario negativo se cumple, este no afecte a todas tus participadas.
5. Saborea las victorias… y aprende de las derrotas. ¿Has alcanzado un exit beneficioso? En ese caso, congratúlate por haber sabido cuándo invertir y desinvertir gracias a un buen proceso de análisis y seguimiento. ¿Has sufrido pérdidas con una de tus participadas? Si has diversificado bien tu cartera de inversión, no debes preocuparte. Especialmente en el ecosistema startup, los beneficios de un buen exit compensan con creces las pérdidas de un proyecto fallido. No obstante, no pierdas la ocasión para analizar por qué ha fallado el proyecto y qué debes tener en cuenta en tu próxima inversión.

Llegados a este punto, conviene recordar que en la inversión el éxito nunca está asegurado. Sin embargo, si pones tus cinco sentidos inversores en conocer a la compañía y su entorno, tus posibilidades de obtener beneficios al invertir crecerán exponencialmente.