Por Estrella Raquel Martínez, técnico de emprendimiento en ciberseguridad en INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad)

¿Desde cuándo el ser humano fue consciente de que la única forma de crecer y sobrevivir en el mundo era pensar, innovar, tener ideas para avanzar, mejorar su calidad de vida y protegerse de los peligros que le acechaban?

Históricamente hablando, “el origen del término emprendimiento, nace en el siglo XVIII con el nacimiento del capitalismo industrial en Francia”. Que me perdonen los historiadores, quizás este es el origen del término utilizado para definir una actividad, pero a mí no me interesa el nacimiento del término, ya que eso fue poner nombre a algo ancestral, me interesa el concepto y su significado para la sociedad.

Pero entonces si no había emprendimiento hasta ese periodo, ¿qué habían estado haciendo el hombre y la mujer hasta ese momento, desde el origen de la humanidad?

Se me ocurre que, cuando Adán y Eva se colocaron unas hojas de parra para tapar sus vergüenzas, ¡eso era emprendimiento! O quizás, el hombre de las cavernas, al crear un arma para defenderse y cazar para comer, ¡eso también era emprendimiento! Por lo que una hoja de parra o una herramienta eran soluciones o productos que mejoraban la vida de esas personas.

Siempre he pensado que, un genio, sea cual sea su genialidad, tiene la obligación social de compartirla con la sociedad. Ese don concedido no es de propiedad privada, tiene que compartirlo; imaginad a Leonardo da Vinci con todas sus obras en el patio de su casa y no publicar sus logros. Al igual que el que tiene una idea innovadora y original tiene la obligación de desarrollarla y convertirla en un proyecto exitoso.

En su origen, el emprendimiento era ingenio para vivir y sobrevivir, dando soluciones a un problema cotidiano. Esto sigue siendo así en las sociedades menos desarrolladas, dando lugar a un emprendimiento más rudimentario, pero más necesario.

Por otro lado, en las sociedades avanzadas, donde hay más medios y posibilidades, las necesidades de emprendimiento son mayores, tanto para el consumidor, ya que tenemos nuevos peligros y más necesidades y a la vez demandamos más ocio, a su vez el emprendedor desea un mayor, enriquecimiento personal y unas perspectivas de superación. En conclusión, la evolución de la sociedad obliga a evolucionar al emprendimiento.

En la sociedad digital en la que vivimos hay, cómo no, conductas delictivas o, mejor dicho, ciber delictivas, que nos obligan a utilizar “hojas de parra”. Por lo tanto, el mayor emprendimiento demandado por la sociedad actualmente es en ciberseguridad.

Las motivaciones y finalidades que llevan a alguien a cometer un ciber crimen pueden ser muy variadas, como lo son en cualquier otro delito: el ánimo de lucro, la lujuria, el poder, la venganza, la aventura.  La cibercriminalidad, la manipulación y el delito se ha ido adaptando a la era digital y juega un papel coercitivo en la comunicación, la sociedad digital, obliga actuar de una forma, rápida e insegura.

La legislación ha de ser garante y protectora y las Administraciones Públicas han de actuar proactivamente. En nuestro país disponemos de una amplia normativa jurídica, la preocupación por garantizar los derechos de las personas vinculad a los servicios digitales ha aumentado, Europa ha implementado una legislación amplia y obligatoria para los países miembros y la cual se ha transcrito íntegramente al ordenamiento jurídico español.

La seguridad informática es un bien jurídico colectivo, una barrera que adelanta la protección de otros bienes jurídicos individuales.

Las administraciones están obligadas a promocionar y facilitar el emprendimiento digital y a todos los que trabajamos en el sector a esforzarnos para que la sociedad disponga de las hojas de parra digitales.

En mi opinión, lo más importante es evolucionar al ritmo de las tecnologías de una forma tranquila y poniendo el punto de inflexión en la comunicación y concienciación aprendiendo todo lo que podamos, desde las edades más tempranas, pero nos han de facilitar las herramientas para protegernos en caso de necesidad.

Y yo me pregunto, y pregunto a todos los emprendedores: ¿cuál es tu hoja de parra digital?

El emprendimiento en ciberseguridad es la mejor forma de innovación y emprendimiento que existe, el sector está necesitado de herramientas para protegernos y ayudarnos.